miércoles, 31 de diciembre de 2008

Deuteronomy & Other Goosebumps

Si alguna vez pensó que los 120 Días de Sodoma, del Divino Marqués era siniestro y maligno, es porque aún no ha encontrado el libro más cruel y desalmado de todos los tiempos. Curiosamente tal vez lo tenga en su propia casa y ni cuenta se ha dado. Incluso es probable que le tenga el más alto respeto y lo considere sagrado.

Ladies & Gentlemen... con ustedes:

¡El Deuteronomio!

Vaya a su librero, o a su cajón de la mesita de noche, desempolve la biblia que le dieron en su primera comunión, o el día de su boda. Abra el Antiguo Testamento, y lo encontrará.

Cabe mencionar que siendo el Antiguo Testamento, viene Straight from God. Sin metidas de cuchara de Lucas, Mateo, Juan, y Pablo. Así que los Judíos sí lo respetan. De hecho es como su "Manual de urbanidad".
Sip!. Es ahí donde está escrito que de ninguna manera pueden comerse unos tacos de Chicharrón en Salsa Verde, ni una Double Bacon Cheeseburguer, entre otras muchas cosas que no lleven el símbolo de Kosher en el empaque, ya que probablemente Dios se cabree con ellos y les pueda ir muy mal.

No soy antisemita (I Love Woody Allen!). Pero a veces me parece que lo suyo simplemente es TOO MUCH!.

Me pongo a pensar en toda la gente que esta en este momento en la Franja de Gaza entre la espada y la pared (o bien... entre el Mediterraneo e Israel).
Me pongo a leer su Deuteronomio No.13, y me quedo pensando si realmente a Dios o a cualquier otra deidad, o espíritu superior se le pudo haber ocurrido semejante salvajada:

Deuteronomio 13
Disponible en su Biblia más cercana!
Auspiciados por: "Dios Nuestro Señor"
Screenplay by: The Jewish Crew

Practiquen cuidadosamente todo lo que yo les ordeno, sin añadir ni quitar nada.

  • –los dioses de los pueblos próximos o lejanos que están a tu alrededor, de un extremo al otro de la tierra–.
  • No cedas a sus instigaciones ni le hagas caso. Sé implacable con él, no lo perdones ni lo encubras.
  • Tendrás que hacerlo morir irremediablemente. Que tu mano sea la primera en levantarse contra él para quitarle la vida, y que después todo el pueblo haga lo mismo.
  • Deberás apedrearlo hasta que muera, porque intentó apartarte del Señor, tu Dios, que te hizo salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.
  • Investiga el caso, examínalo e infórmate debidamente. Y si es verdad que la cosa es así, que se ha cometido semejante abominación, pasa sin compasión al filo de la espada a los habitantes de la ciudad, y conságrala al exterminio total con todo lo que hay en ella, incluido su ganado.
  • Reúne luego todos sus despojos en medio de la plaza, e incendia la ciudad con todos esos despojos, como un holocausto para el Señor, tu Dios. Ella se convertirá para siempre en un montón de ruinas y nunca más será reconstruida.
  • Y no retengas nada de lo que debe ser consagrado al exterminio. Así el Señor aplacará el ardor de su ira, se apiadará y tendrá misericordia de ti, y te multiplicará, como lo juró a tus padres, con tal que tú escuches la voz del Señor, tu Dios, observando los mandamientos que hoy te prescribo y haciendo lo que es recto a los ojos del Señor, tu Dios.

(WTF!?!?)
La tienen difícil los de Gaza, ¿Eh?.

También existen tanto en el Deuteronomio como el Levítico una serie cosas por las cuales la gente deberá de ser lapidada, tal como la blasfemia, la esotería, rebeldía, el adulterio, la prostitución, o la homosexualidad, y el sexo prematrimonial.

(Ooook!....)

Pero lo que más me sorprende es la lista de cosas que le pasarán a quién ose no cumplir la ley de Dios:

Deuteronomio 28
Disponible en su Biblia más cercana!
Auspiciados por: "Dios Nuestro Señor"
Screenplay by: The Jewish Crew

Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, y no te empeñas en practicar todos los mandamientos y preceptos que hoy te prescribo, caerán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:
  • Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.
  • Maldita será tu canasta y maldito el recipiente donde amasas tu pan.
  • Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas.
  • Maldito serás al entrar y maldito al salir.
  • El Señor enviará contra ti la maldición, el pánico y el fracaso sobre todas tus empresas, hasta que seas exterminado y desaparezcas rápidamente, a causa de tu mal proceder, por haberme abandonado.
  • El Señor hará que se te contagie la peste, hasta que seas eliminado de la tierra que vas a tomar en posesión.
  • El Señor te castigará con tisis, fiebre, inflamación, ardores, aridez, quemadura y pulgón que te hostigarán hasta que desaparezcas.
  • El cielo sobre tu cabeza será de bronce, y la tierra bajo tus pies será de hierro.
  • En lugar de lluvia, el Señor enviará polvo a tu tierra, y sobre ti caerá arena desde el cielo, hasta que seas exterminado.
  • El Señor te hará caer derrotado ante tus enemigos: saldrás a atacarlo por un camino y por siete caminos huirás de ellos; y todos los reinos de la tierra sentirán horror de ti.
  • Tus cadáveres serán pasto de todas las aves del cielo y de todos los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante.
  • El Señor te herirá con forúnculos de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de los que no podrás curarte.
  • El Señor te castigará con locura, ceguera y delirio,
    y andarás a tientas en pleno día, como anda a tientas un ciego, envuelto en la oscuridad. Nunca verás realizados tus proyectos; serás oprimido y despojado constantemente y nadie saldrá en tu defensa.
  • Te casarás con una mujer y otro gozará de ella. Construirás una casa y no la habitarás. Plantarás una viña y no recogerás sus frutos.
  • Tu buey será degollado delante de tus ojos y no lo podrás comer. Tu asno será arrebatado de tu misma presencia y no te lo devolverán. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie saldrá en tu defensa.
  • Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; y tu vista se consumirá de tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada.
  • Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todo el producto de tus fatigas. Serás oprimido y explotado constantemente,
    hasta volverte loco a causa de lo que verán tus ojos.
  • El Señor te herirá con forúnculos malignos e incurables en las rodillas y en las piernas, desde la planta de los pies hasta la cabeza.
  • El Señor los deportará, a ti y al rey que hayas puesto para que te gobierne, a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses, dioses de madera y de piedra.
  • Entonces serás motivo de consternación y de burla en todos los pueblos adonde el Señor te conduzca.
  • Sembrarás en tus campos mucha semilla, pero cosecharás muy poco, porque la devorará la langosta.
  • Plantarás viñas y las cultivarás, pero no podrás beber ni almacenar el vino, porque se las comerá el gusano.
  • Tendrás olivares en todo tu territorio, pero no podrás ungirte con aceite, porque se caerán las aceitunas.
  • Tendrás hijos e hijas, pero no te pertenecerán, porque serán llevados cautivos.
  • Los insectos arrasarán con todos tus árboles y con todos los frutos de tu suelo.
  • El extranjero que viva en tu país subirá cada vez más alto, mientras que tú caerás cada vez más bajo.
  • Él será tu acreedor, y tú, su deudor; él estará al frente, y tú detrás.
  • Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta exterminarte, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, observando los mandamientos y los preceptos que él te prescribió.
  • Ellas estarán siempre sobre ti y sobre tus descendientes, como una señal y una advertencia.
  • Por no haber servido al Señor, tu Dios, con alegría y de todo corazón, mientras lo tenías todo en abundancia, servirás a los enemigos que el Señor enviará contra ti, en medio del hambre y la sed, de la desnudez y de toda clase de privaciones. Y él pondrá en tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte.
  • El Señor alzará contra ti a una nación lejana, que avanzará desde los extremos de la tierra con la velocidad del águila. Será una nación cuya lengua no entiendes,
    un pueblo de aspecto feroz, que no sentirá compasión del anciano ni se apiadará del niño.
  • Ella se comerá los productos de tu ganado y los frutos de tu suelo, hasta que quedes exterminado, porque te dejará totalmente desprovisto de trigo, de vino y de aceite, de las crías de tus vacas y tus ovejas, hasta hacerte desaparecer.
  • Sitiará a todas tus ciudades, hasta que se derrumben esas murallas altas e inaccesibles en que habías depositado tu confianza. Sí, él te sitiará en todas las ciudades que estén dentro de la tierra que el Señor, tu Dios, te da.
  • Y durante el asedio, será tal la penuria a que te reducirá tu enemigo, que te comerás hasta el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y de tus hijas, los mismos que el Señor, tu Dios, te había dado.
  • El más fino y delicado entre los hombres de tu pueblo mirará con odio a su hermano, a la esposa que dormía en sus brazos y a los hijos que todavía le queden,
    para no compartir con ellos la carne de sus hijos: se la comerá él solo, porque ya no le quedará más nada, en medio del asedio y la penuria a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades.
  • La más fina y delicada entre las mujeres de tu pueblo –tan fina y delicada que ni siquiera se hubiera atrevido a pisar el suelo con la planta de sus pies– mirará con odio al esposo de su corazón, a su hijo y a su hija, y se ocultará para comer la placenta salida de su seno y a los hijos que dé a luz, porque estará privada de todo, en medio del asedio y la penuria a que te reducirá tu enemigo.
  • Si no te empeñas en practicar todas las palabras de esta Ley, como están escritas en este Libro, temiendo el Nombre glorioso y terrible del Señor, tu Dios, él te castigará, a ti y a tu descendencia, con calamidades extraordinarias. Serán calamidades grandes y persistentes, enfermedades malignas e incurables.
  • Él hará recaer sobre ti todas las plagas de Egipto, esas que tanto te horrorizaron.
  • Además, el Señor te enviará todas las enfermedades y todas las desgracias que no están escritas en el libro de esta Ley, hasta que seas exterminado.
  • Después de haber sido numeroso, como las estrellas del cielo, quedarás reducido a un pequeño número, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios.
  • Y así como antes él se complacía en hacerlos felices y numerosos, luego se complacerá en destruirlos y exterminarlos. Y ustedes serán arrancados de la tierra, donde vas a entrar para tomar posesión de ella.
  • El Señor te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo al otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses que ni tú ni tus padres conocían, dioses de madera y de piedra.
  • No tendrás paz en medio de aquellas naciones y tu pie no encontrará descanso. El Señor llenará de angustia tu corazón, nublará tus ojos y abatirá tu ánimo.
  • Tu vida estará pendiente de un hilo; día y noche sentirás temor y no tendrás ninguna seguridad de sobrevivir.
  • Por la mañana dirás: "¡Ojalá fuera de tarde!", y por la tarde: "¡Ojalá fuera de mañana!", a causa del temor que sentirás y de lo que verán tus ojos.
  • El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver". Allí, ustedes se venderán a sus enemigos como esclavos y esclavas, pero nadie querrá comprarlos.
  • Estas son las palabras de la alianza que el Señor ordenó a Moisés hacer con los israelitas en territorio de Moab, además de la alianza que había hecho con ellos en el Horeb.
No quiero opinar más sobre este "Manual de Urbanidad" con tintes de Stephen King. Con lo que sí quisiera concluir, es que me parece verdaderamente atroz lo que está pasando en Gaza. ¿Tanto condenar el holocausto, para que se repita la historia?. Claro, ahora quien ha cercado el campo de concentración son ellos.

Oh Well & Btw... Felíz Año Nuevo.

No hay comentarios: