viernes, 25 de abril de 2008

Gee... Ay Joe!

No hace mucho escuché sobre el caso del Muerto No.4000 en la guerra de Irak.

De entrada creo que la noticia no merecía la pena, ya que a mi juicio el muerto No. 2469, vale igual que el No.3927, o el No.4000.

(Sólo sirvió para ejemplificar una vez más la manía del humano que, por sus diez dedos, tiende a sobrevalorar cualquier evento que tenga la suerte de marcar una decena, centena, o millar).

De todas formas quise indagar un poco sobre su vida; uno nunca sabe, tal vez en vida habría sido un gran hombre merecedor de ser enterrado con todos los honores a la hora de su muerte.

Así fue como dí con la biografía de José "Joe" Rubio Hernández.

Mexicano nacido en Reynosa, Tamaulipas, el noveno hijo de una familia numerosa (por no decir de conejos), llegado a E.E.U.U. a los cuatro años, y residente de Mission, Texas. "Acarició el sueño americano", y logró estudiar en la Universidad del Sur de Texas.
Contrajo nupcias con Jennifer Guerra, con quien tuvo un hijo llamado Nikolai, nacido el año pasado.

Por lo que cuentan, "Joe" ya tenía oficio y beneficio, lograba ganarse la vida,
vivía estable, y no tenía ninguna necesidad de enlistarse en la "Army".

Pero tenía una comezón en el alma, no estaba contento del todo; tenía un sentimiento de orgullo, convicción, y agradecimiento con los E.E.U.U. que sintió la necesidad de servir a "América". Quería marcar la diferencia, y hacer algo por lo que se le pudiera recordar.

Colcluyó que la mejor manera de lograrlo era uniéndose a las fuerzas armadas y defender a su patria adoptiva, luchando contra los Iraquíes en una guerra que bien se sabe, no tiene razón de ser.

"Quería llegar allá con una cierta educación, para poder ascender y no quedarse en soldado raso", pero aún así un Domingo en una calle de Bagdad su tanque fue atacado y explotó. Y Joe inmediatamente se convirtió en "American Citizen".

Ahora su familia espera la ciudadanía post-mortem, la cual dudo mucho que le sea de utilidad a lo que quedó de Joe.

Su familia está devastada, pero el orgullo los ayuda a mitigar el dolor.

En palabras de su esposa: "José quería que le conocieran por algo, y ahora ya le conocen".

En palabras de su hermano: "Mi empeño ahora es hacer todo lo posible para que el nombre de mi hermano no se olvide. Se lo debo sobre todo a mi sobrino: quiero que sepa que su padre fue un héroe".

Cómo pronosticaba Andy Warhol:

"En el futuro todo el mundo será famoso durante quince minutos".

Y cumplidas las palabras, lo único que restará es un huérfano de padre, una viuda, una paternidad truncada, y algún registro militar empolvado con el folio No.4000.

P.d. Por cierto... Estuve hace poco en Nueva York, y con todo y ese enorme hueco en la zona cero que sigue haciendo eco, no vi NI UN SOLO listón amarillo con la leyenda de "God Bless Our Troops". Muy diferente a mi penúltima estancia en E.E.U.U. en Texas. donde 1 de cada 10 carros traía algo alusivo. Como afirma la gente religiosa "Dios es de todos, y todos somos hermanos", entonces...

¿Por qué no habría Dios de bendecir también a los Iraquíes?

God Bless Iraq!.

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